Colocar boca abajo la base de un molde redondo desmontable de modo que quede plana y la tarta pueda salir deslizándose fácilmente cuando esté congelada. Acopla los laterales y, usando un trozo de papel de cocina impregnamos con un poco de aceite de coco, engrasar ligeramente toda la parte interior incluidos los laterales.
Pondremos una sartén a fuego medio-alto con las pipas, cocinarlas removiendo y agitando la sartén de vez en cuando hasta que estén doradas. Pasarlas a un plato y dejarlas enfriar.
Colocar las semillas frías junto con los dátiles deshuesados, el aceite de coco y el Beta heart o en caso de no disponer, harina de avena 30g en una licuadora. Batir hasta que quede una masa fina, retirarla y ponerla en la base del molde, repartiéndola por igual y bien presionada. Poner en el congelador mientras preparamos el resto.
A continuación, batir la mezcla de fresas y frambuesas junto con la ralladura de lima y el zumo de lima, añadir la cucharada de Bebida de proteínas y F1 Frutos del bosque hasta que quede una masa uniforme. ( Consejo batir las frambuesas por separado, pasarlas por colador y mezclar con el resto para quitar las semillas).
Añadir la masa a la base que tenemos en el congelador, decorar al gusto y dejarla 4 horas en congelador.